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Brindisi, estratégicamente ubicada en el Adriático, es parada de cruceros y puerta de entrada a Puglia. Sin embargo, el 73% de los visitantes que pasan poco tiempo pierden su encanto auténtico al seguir itinerarios genéricos. El tiempo apremia cuando solo tienes horas para descubrir una ciudad portuaria de 2.000 años, con ruinas romanas, iglesias barrocas y trattorías donde comen los pescadores. Tres problemas acechan: la confusión logística (¿se puede ir a pie del puerto al castillo?), la parálisis por decisión (¿qué priorizar, las columnas romanas o el paseo marítimo?) y la frustración de un turismo superficial. A diferencia de Florencia o Roma, Brindisi no lo pone fácil: su magia está en los patios silenciosos de la Vecchia Città y en los aperitivos al atardecer en el Lungomare Regina Margherita. La paradoja es que la ciudad es pequeña, pero solo los iniciados la disfrutan.

Ruta estratégica para ver lo esencial de Brindisi
El secreto para conquistar Brindisi en horas es una ruta en forma de ocho que empieza en las columnas romanas de Via Colonne. Estos monumentos del siglo II no son solo para fotos: te ubican entre la ciudad vieja y la moderna. Desde ahí, en 7 minutos llegarás a la catedral de mosaicos en Piazza Duomo y al Castillo Svevo. Los viajeros inteligentes admiran el foso desde los jardines públicos (gratis) con vistas al puerto. Si el tiempo apremia, prioriza las puertas de bronce del siglo XII de la catedral. La segunda parte del recorrido comienza en el Monumento al Marinaio d’Italia, un memorial con ascensor (€2) para vistas panorámicas. Termina paseando por el Lungomare al atardecer. Esta ruta condensa historia, vistas y ambiente local en 3 horas.
Dónde comer como local y sin esperas
El alma culinaria de Brindisi está en sus osterias familiares, pero las colas al mediodía pueden arruinar planes ajustados. Evita los restaurantes turísticos del puerto y ve a Osteria La Locanda del Porto (Via Tarantini 22), donde sirven un antipasto de mariscos por €15 en 20 minutos si llegas a las 12:30. Su 'frittura di paranza' (pescaditos fritos) es tradición pura. Para algo rápido, Panificio De Bellis vende friselle (pan crujiente) con tomate por €3. Los cafés perfectos los preparan en Caffè Roma (Corso Garibaldi 12) en 90 segundos. Por la noche, únete al paseo en Corso Umberto para ver dónde toman aperitivos los locales. Bar Vitale sirve el mejor Negroni con tapas gratis. Estas opciones ofrecen autenticidad sin perder tiempo en comidas largas.
Cómo llegar del puerto al centro sin estrés
El 68% de los visitantes tienen problemas para ir del puerto al centro (según encuestas). Los taxis cobran €15, pero el autobús urbano línea 1/ (€1, se compra en estancos) sale cada 20 minutos y llega a Piazza Vittoria en 12. Si caminas, sigue el Viale Regina Margherita (25 minutos) y pasa por Giardinetti Pubblici. Evita el empedrado de Via Carmine si llevas maletas; mejor toma Via Bastioni Carlo V. Los cruceros que llegan después de las 15:00 enfrentan un reto: los museos cierran a las 13:30. Aprovecha para explorar el Barrio Judío o haz una cata de vinos en Enoteca Internazionale (Corso Garibaldi 42), donde €10 te dan a probar primitivos de Puglia.
Qué hacer en Brindisi al atardecer
Cuando los turistas se van, Brindisi brilla. Aprovecha la 'hora azul' (17:00-19:00) cuando refresca y salen los locales. El patio del Museo Arqueológico (gratis hasta el atardecer) muestra mosaicos romanos bajo olivos. Los fotógrafos deben ir a la Scalinata Virgilio, cuyos escalones brillan al atardecer. Para compras de última hora, La Bottega del Marmellata (Via Montenegro 15) vende mermeladas hasta las 19:30. Si tu transporte sale tarde, la iglesia San Giovanni al Sepolcro (abierta hasta las 20:00) tiene frescos medievales. Así conviertes horas muertas en los mejores momentos de tu visita.