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Brindisi, puerta de entrada a Puglia, atrae a viajeros con su encanto adriático, pero el turismo masivo amenaza su frágil ecosistema costero. Más del 70% de los destinos mediterráneos sufren los efectos del sobreturismo, desde playas abarrotadas hasta recursos hídricos sobreexplotados. Los visitantes conscientes buscan equilibrar exploración y preservación, a menudo sin saber cómo pequeñas elecciones —desde la crema solar hasta dónde cenar— impactan en esta histórica ciudad portuaria. La ansiedad por 'viajar de forma incorrecta' es común, con un 68% de turistas eco-conscientes reportando estrés al planificar. Sin embargo, la revolución del slow travel en Brindisi ofrece alternativas auténticas, si sabes dónde buscar más allá de las multitudes de cruceros.

Moverse por Brindisi sin contaminar
El centro histórico de Brindisi es ideal para caminar, pero para distancias mayores hay opciones sostenibles. Las estaciones de bicicletas eléctricas cerca de las columnas romanas son perfectas para explorar senderos costeros. Para viajes más largos, los trenes de Ferrovie del Sud Est conectan Brindisi con Lecce y otros destinos puglieses con horarios que los locales consideran más confiables que los trenes nacionales. Por la noche, el minibús eléctrico 'Pinguino' opera hasta medianoche, un servicio poco conocido por los turistas. En verano, visita interiores entre las 13:00 y 16:00 horas, cuando hasta los locales evitan caminar, reduciendo así la tentación de usar taxis contaminantes.
Alojamientos ecológicos cerca del puerto
Encontrar alojamientos ecológicos auténticos en Brindisi va más allá de certificaciones genéricas. Las masserie (granjas tradicionales) usan edificios de piedra que regulan la temperatura naturalmente, evitando el abuso del aire acondicionado. Algunos B&Bs urbanos participan en la iniciativa 'Plastic Free', ofreciendo botellas de agua reutilizables y jabones artesanales. Para estancias largas, busca apartamentos con calentadores solares, comunes en casas de pescadores renovadas. Un truco local: pide una habitación que dé al patio interior para beneficiarte de diseños tradicionales de enfriamiento pasivo.
Comer de forma sostenible en Brindisi
La tradición pesquera de Brindisi enfrenta la sobrepesca, pero restaurantes con certificación 'Km0' sirven productos locales. Busca trattorias con menús cambiantes según la pesca del día (lo llaman 'a giornata'). Prueba pescados menos conocidos como la triglia (salmonete) en lugar del sobrepescado lubina. Los mercados matutinos cerca de Piazza Mercato venden frutas y verduras de temporada rechazadas por supermercados. Las panaderías cerca de la catedral aún usan hornos de leña. Lleva una taza reutilizable para el café: muchas cafeterías te descuentan 0,30€ por evitar vasos desechables.
Recuerdos sostenibles de Brindisi
Evita los souvenirs masivos del Corso Roma y descubre a los artesanos locales. En el barrio judío, ceramistas crean azulejos con técnicas ancestrales sin tintes sintéticos. La cooperativa de pescadores vende redes convertidas en bolsas reutilizables. Para un recuerdo comestible, compra vino Negroamaro a granel en tiendas de 'vino sfuso', un sistema tradicional. Visita el Mercato della Terra cerca del aeropuerto, donde productores orgánicos ofrecen clases de cocina a cambio de ayudar en la cosecha.